Despierto del letargo que anuncié el año pasado. Es extraño pero, esta inactividad escribana y reposo en algunas áreas de la vida concluyó con el orden de varios lastres que arrastraba.
La primavera me colma de energía. Mientras me alejaba de todo y de todos, el señor Sino trajo una ráfaga de amor nítido que disfruto como si fuese el último día de permanencia terrícola. Ahora sueño por partida doble. Por fin, las raíces se prendaron a la tierra fértil de mi amor.
Sigo en el servicio de lavandería, como dijo la cantante colombiana, este año todavía hay ciclos de vida que se lavan en: blancos, delicados, uso rudo, sin centrifugar o que sólo se remojan. Adiós a las rémoras, bienvenida la lucidez.
Aún cargo el paracaídas, la caída cada vez duele menos, los adioses ya no martillan, mi corazón y la soledad emancipatoria me sientan tan provechosos.
Sat nam
Fotografía de: Don User, Twlight Pool-Valles Caldera, 2005.