viernes, 21 de diciembre de 2012







Llego a mi centro, 
a mi álgebra y mi clave, 
a mi espejo. 
Pronto sabré quién soy.



JL Borges
Platinum impresion by  Marc Lagrange, Pillow book woman, Bélgica, 2011.

domingo, 9 de diciembre de 2012



       




a T
Trazo las rutas para encontrarte,
mapas,
guías,
que conducen a uno de tantos destinos

¿quieres este lugar donde se detiene el tiempo?
-¿Cuál tiempo? -decís-
¿el de las cajas con agujas imantadas
o el que gira sobre su propio eje?

Mejor un tiempo de labrar,
arcada,
escarpe.




Alondra Santamaría

sábado, 8 de diciembre de 2012



"Cuando el deseo se apodera del alma de un hombre, ya nada le importa en el mundo si no es el amor".

Siri Hustvedt
Gelatin silver print by: Lucien Clergue, Jean Cocteau as the poet and the sphinx, testament of Orpheus, Les Baux de Provence, 1959.

La herida



A menudo me he preguntado desde cuando  podría haber comenzado a encontrar erótica la imagen de una lesión en el cuerpo de una mujer. Más tarde (...) me dijo que en su opinión aquel mecanismo de respuesta había tenido algo que ver con el deseo de dejar huella en el cuerpo de otra persona.

-La piel es frágil- dijo.

Nos cortamos y nos mallugamos con facilidad.

Siri Hustvedt
Fotografia de Bert Stern de la fermosa Marilyn Monroe.

Un arte




No es difícil dominar el arte de perder;
hay tantas cosas que parecen colmadas por el deseo
de ser perdidas que su pérdida no es un desastre.

Pierde algo cada día. Acepta la confusión
de las llaves extraviadas, de la hora desperdiciada.
No es difícil dominar el arte de perder.

Practica después perder más, y más rápido:
lugares, y nombres, y las tierras a las que pretendías
viajar. Ninguna de estas pérdidas será devastadora.

He perdido el reloj de mi madre. ¡Y mira!, la última, o
la penúltima de las tres casas que he amado se perdió.
No es difícil dominar el arte de perder.

He perdido dos ciudades, hermosas ciudades. Más aún,
vastos reinos que poseía, y dos ríos, y un continente.
Los añoro pero no fue un desastre.

Incluso perdiéndote a ti (la voz risueña, un gesto que
amo) no habría mentido. Es evidente
que no es muy difícil dominar el arte de perder
aunque eso parezca (¡escríbelo!) un desastre.

Poema de Elizabeth Bishop