jueves, 20 de mayo de 2010

¡Sopor!




Esta fiebre no me mata, sólo es incómoda, me encantaría depurar por los poros toda la porquería cerebral que me cargo, de paso las malas vibras que se contagian.

Mi relación es tranquila, pero nunca estoy conforme, carajo nunca estoy conforme con nada.
Debo aplaudirme a pesar de las críticas y las personas que se alejaron por no entender que: el amor lo mueve todo, que mi amor me da vuelo de pájaro y una parte de mi corazón está radiante, feliz.
Es lindo despertar al lado de alguien amable, sonriente que emana buena vibra. Porque uno sale a la calle, en este momento que todo apesta, y saber que abrirás la puerta de tu casa y el pequeño paraíso te espera es indescriptible.

Sé que no todo va mal.

Lo que me ocupa de nuevo soy yo y la mismisidad que permaneció abandonada. Extraño a los otros, pero se puede confiar en tan pocos. Y de nuevo me quedé yo sin la Lulubel, sin la Era, sin Laurel, sin Pepe, sin Juan en fin... ellos son los que más dolieron.

Son irremplazables, eso no lo discuto, no busco una copia de ellos, no hay nadie más por el momento. Bueno sí hay pero, dan una flojera que es mejor ver una telenovela.

Mi proyecto principal es la construcción individual, me tengo a mí. Miró el tiempo, veo los años y tanto, tanto que cuesta quererse, ma petite alouette.

A todos mis ex-queridos hoy los he pensado, llorado con tanto ahínco que me da la gana creer que este endemoniado sopor febril me ha trastornado.

La foto la encontré en una galería virtual, no me acuerdo de quién es.
Y claro el gen-beatleriano que todo llevamos en el ADN.

Señal

















El cuerpo falla es una señal.


Me tardé en contar públicamente la incomodidad laboral por la que paso, hay días que no soporto esta opresión. No soporto a los burócratas.


Mi cuerpo sabe que debe huir, dedicarse a lo que ama, mi alma se contagia de este mundo de escritorios y oficinistas de la nada, de la verdadera perdición del ser.




Los veo y dan risa, somatizo, mi cerebro está acabado necesita un largo y profundo respiro.


¿Por qué es tan complicado vivir en esta sociedad? Sin dinero eres un don nadie: yo sé que no es así, mi corazón me lo ha dicho, me susurra. Esta vez mis amígdalas susurran su tristeza.




Los detesto debo volar, hacer lo que me gusta darme esa oportunidad antes de envejecer.




Scultura by: John Isaacs, A perfect Soul, Inglaterra, 2007.