jueves, 8 de mayo de 2008

de las trampas del tiempo


Peeping Tom


(Aquello es como un sueño en mi memoria,
y me ocurre pensar, algunas veces
si en verdad sucedió, si lo que en mí perdura
es, de hecho, algo más
que la imagen grotesca e inventada,
de los que nada vieron,
pero me aferro a ella. Fui testigo
-ya no soy más que eso-
y no quiero olvidarlo:
sólo gracias a mí, esa pura belleza
vale más que el olvido.)

Madurez

Aprende a no ser NADIE, como Ulises,
a no ser nada. Toma
lecciones de desnudo.
(Tan sólo ese papel, entre tantos cambiantes,
alguna vez será definitivo.)

Primavera de ciudad

Saber lo inevitable da, en el fondo,
una cierta alegría -además, desde luego,
de un ligero arañazo melancólico.

Símbolos
De cuanto sucedió, de lo que fuimos juntos,
solamente recuerdo
el olor a madera mojada de aquel banco,
la gaviota extraviada en el paseo
una tarde, ya cerca del final,
un traseúnte a quien no conocía
y al que no he vuelto a ver -quizá era yo-,
unas pocas palabras
no muy reveladoras. Como rotas, dispersas:
no sé que significan.
Todo cuando ocurrió se encierra en ellas,
aunque ahora resulte indescifrable.
(La vida y la memoria son breves y arbitrarias: operan como símbolos).

José Cereijo, Las trampas del tiempo, Hiperión.
Medium set of 45 sepia-toned silver gelatin prints: Pushpamala N., The Ethnograpics series from the project: Native women of South India: Manners and Customs, 2000-2004.

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