martes, 8 de abril de 2008

Atisbos de fe (possibly maybe)


Lectores invisibles:

El año pasado fue uno de los peores en la vida de esta ave y entre las situaciones terribles aconteció que uno de los mejores amigos de ésta, de los más amados y queridos entró en coma sin razón alguna y por poco pierde la vida.

Y cuando ya despotricaba de la existencia de algo hermoso de esta caótica vida y de esta equivocación terrícola, sí, la vida me mostró un poquitín de su lindura y mi amigo despertó.


Pues sí, Señores la fe existe como ya lo había previsto el buen Tito Monterroso en su texto de La oveja negra y demás fábulas sólo vean la siguiente evidencia:

martes 27 de noviembre de 2007Capital → Sólo alarma causó el sismo de ayer

Sólo alarma causó el sismo de ayer Mirna Servín Vega La Secretaría de Seguridad Pública del DF no reportó ningún daño en la ciudad tras el sismo que se registró poco antes de las 16 horas de ayer.El temblor de 5.6 grados en la escala de Richter, con epicentro a 46 kilómetros al suroeste de Huetamo, en Michoacán, no dejó personas heridas o daños materiales en la ciudad.El Servicio Sismológico Nacional reportó que el sismo ocurrió a las 3:56 de la tarde y precisó que su intensidad fue de 5.6 grados richter.


Al principio la fe movía montañas sólo cuando era absolutamente necesario, con lo que el paisaje permanecía igual a sí mismo durante milenios. Pero cuando la fe comenzó a propagarse y a la gente le pareció divertida la idea de mover montañas, éstas no hacían sino cambiar de sitio, y cada vez era más difícil encontrarlas en el lugar en que uno las había dejado la noche anterior; cosa que por supuesto creaba más dificultades que las que resolvía. La buena gente prefirió entonces abandonar la fe y ahora las montañas permanecen por lo general en su sitio. Cuando en la carretera se produce un derrumbe bajo el cual mueren varios viajeros, es que alguien, muy lejano o inmediato, tuvo un ligerísimo atisbo de fe.


A diez días de nuestra caída la fe se hace presente en nuestras vidas como hada loca lo agradezco infinitamente a todos los seres supremos del universo y a las energías chocarrosas de la vida que arrojan de nuevo a la mar mundana a mi Óscar.

Me acusarán de locura pero, no me interesa, las pruebas aquí están. Fuimos testigos presenciales de este gran fenómeno y aunque no se derrumbó ninguna montaña porque en la ciudades no hay, si se movió la tierra, los edificios, los coches, el hospital y nuestros corazones al son más suculento emocional llamado amor-fe-pasión por Óscar.

Me despido de ustedes queridos lectores fidelitas (del buen latín), deseando que la vida nos de más pruebas no hospitalarias de este gran fenómeno, ja.


Los salpica de maravillas y polvos mágicos

Alondra

P.D.: si ustedes no creyeran en lo que les dije y piensan que es una ensoñación, ME REMITO A LAS EVIDENCIAS.
La pintura de:
todo esto en agradecimiento a Alberto Trejo, Tatiana Sule, Georgina Vite.

1 comentario:

Eva Posas dijo...

alondra, la fe termina siendo el último recurso más maravilloso que hay. sin fe ya estaría muerta.