miércoles, 7 de enero de 2009

Fermosura urbana




Desperté con prisa, con la locura de la urbe, apuré un té verde tibio, ya sabes me cuesta lo caliente, mi paladar no fue hecho para los hervores de la vida y el borboteo matutino. Como el café de Lázaro ubicado en la entrada de Filosofía y Letras que está hecho para el paladar de un dragón, sin descartar la posibilidad de realizar la compra con tres horas de antelación y se podrá ingerir caliente.

Estoy nerviosa en espera de una resolución laboral, segundos y minutos que se alargan en la temporalidad del día, señales de cambio, ya no deseo estar en TPI. Bob me calma un poco con sus cánticos, ahhh espera que desespera, "So much trouble in the world".

Y si no me llaman esta angustia desaparecerá y el tedio, dudo, se mitigará, pero que bobadas digo.

Hoy justo en medio del camino lleno de humanoides me pasó la hermosura al lado, no lo podía creer y pensé en ti. Diez años después una bolsa baila a mi lado, había hojarasca, sabes, en Coyoacán el otoño es notorio, cada año los pies crujen en el asfalto, los tonos ocres pintan las calles y es la única estación que nos vista con explícita presencia.

Si Sam no hubiese destacado ese ritual citadino, probablemente yo no lo habría notado.

Y sí, me resuena el cerebro con los diálogos, me postro ante vos y la hermosura de la urbe pavorosa:

-En menos de un año estaré muerto, por supuesto, todavía no lo sé. Y en cierta manera, ya estoy muerto.

-He perdido algo, pero nunca es tarde para recuperarlo.
-Sé que podría estar bastante enfadado por lo que me paso, pero es difícil estar enfadado cuando hay tanta belleza en el mundo.

-A veces, siento como si la viera (la vida) toda a la vez y es demasiado. Mi corazón se llena como un globo que está a punto de estallar... y entonces recuerdo que tengo que relajarme y no intentar aferrarme a ella, y entonces fluye a través de mí como la lluvia y no puedo dejar de sentir gratitud por cada simple momento de mi estúpida y pequeña vida... No tienes idea de lo que estoy hablando, pero no te preocupes, algún día la tendrás.

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Fotografía e instalación de: Slinkachu, Unwanted ones, 2008.
Película de : Mendes, Sam, guión de Alan Bail. American Beauty, Estados Unidos, 1999, 122min.

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