viernes, 7 de noviembre de 2008

para Juan Rangel
Porque, nadie puede dar la medidad exacta de sus necesidades, ni de sus conceptos, ni de sus dolores, porque la palabra humana es como un caldero rajado sobre el cual tocamos melodías para hacer danzar a los osos, cuando quiséramos enternecer a las estrellas.




Flaubert, Gustave. Madame Bovary, p. 268.
Litrografía de: Louis Icart, Madame Bovary.

No hay comentarios: